A pesar del cansancio y el mal tiempo, nos aventuramos a recorrer Torino, aunque sea bajo un paraguas. Nuestro hotel, Albergo Abanyta, es fantástico. Un palacio típico en vía Cavour, pleno centro histórico. Y de allí paseamos, sin conseguir ubicarnos por tanta lluvia y frío, buscando el Palazzo Madama, tan solemne con su doble estilo arquitectónico. Y lo conseguimos....llegamos a Piazza Castello rodeada de pórticos y fantásticos cafés y galerías.
Esto es Torino: café, chocolate, elegancia y muy buena gastronomía. La ciudad está envuelta de palacios dignos de una época monárquica, iglesias por doquier y un Duomo que, a parte de la Síndone (sábana santa), tiene una de las cúpulas que compiten en complejidad con Santa Sofía en Estambul. Dejarse llevar por sus calles y observar detenidamente los palacios de estilo medieval, real, Mussolini, modernos...toda una combinación en la capital de la Fiat y el Museo Egipcio. No nos da tiempo ni a ver la torre Fiat, ni el renovado Museo Egipcio, ni tantas cosas porque con esta lluvia y, con solo una noche, lo mejor que podemos hacer es irnos a cenar.
Y entre Cavour y Castello encontramos la Locanda da Betty, pequeño restaurante al que no le hace falta el sello Slow Food porque realmente lo es. Y es que Italia respeta la comida; utilizando siempre sus productos locales, dando tiempo al comensal, al cocinero, al camarero...el tiempo no es lento, se detiene con una buena cena y una buena compañía. Momentos siempre irrepetibles. Y así, nos dejamos aconsejar por el camarero y nos pedimos:
- Acciuge al verde
- Risotto con riso di venere, trevisana e Castelmagno
- Papardelle al ragú di vitello
Un vino de la casa....grissini torinesi...repito: el tiempo no es lento, se detiene con una buena cena y una buena compañía. Gracias Alex!!! Love you!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario