domingo, 11 de agosto de 2019

Sorèze, la Montagne Noire y ¡por fin un buen café!


A los pies de la Montaigne Noire, se esconde un pueblo de película, en la zona del Haut-Languedoc, en el que las casas con ventanas y puertas de colores y/o fachadas de colores se sustentan de travesaños que las convierten en irregulares y diferentes.

Una enorme abadía benedictina del siglo VIII preside Sorèze. Ahora convertida en escuela-museo, fue destruida varias veces, pero renació en el siglo XVII al ser convertida en Escuela Real Militar hasta la revolución francesa. La flanquea la torre de San Martín que da paso a las calles principales de un pueblo totalmente fotogénico. Casa tras casa, color tras color, las calles estrechas compiten en vigas de madera en sus fachadas que contrastan con colores, ventanas, puertas, flores y un sinfín de decoraciones que ponen sus habitantes para hacerlas más bonitas aún. Hay que simplemente dejarse llevar por las calles un buen rato y disfrutar de cada detalle.

Y nos sentamos en la plaza de Dom Devic, en el único bar-tienda abierto que es la Epicerie Fine Central, edificio en el que hay una placa que recuerda en nacimiento allí de Jean Mistler, político, escritor y poeta. Las contraventanas azules y la decoración de los escaparates te invitan a entrar y descubrir un rincón de buenos tés, confitures, limonadas artesanales y otras delicatessen de la zona. Así que nos lanzamos a pedir un café, con el riesgo que eso supone en Francia y, ¡sorpresa! un café excepcional. Así que a tomar nota para la próxima.

La plaza me recuerda a la película de Ridley Scott, “Un buen año”, en la que Marion Cotillard seduce a un Russell Crowe que hace de empedernido inglés sin valores ni emociones. Marion trabaja en un restaurante que ocupa la plaza, como esta pizzería, y me la imagino de noche llena de habitantes de la zona.

Una breve parada que merece regreso.

viernes, 9 de agosto de 2019

Las pequeñas librerías de Montolieu

Parece mentira que en el siglo XXI aún queden pueblos que apuesten por los libros, los de toda la vida, en soporte físico, tapas duras o blandas, de grande o pequeño formato. Y ese lugar es Montolieu, en la provincia de Aude, “país cátaro” bajo la vigilancia de la inmensa ciudadela de Carcasonne.

En los años noventa, un encuadernador de libros de CarcassoneMichel Braibant, propuso crear un espacio que protegiera la profesión y todo lo relacionado con la imprenta y los libros físicos que tanto peligro están afrontando en la era digital. Gracias a su colección personal de herramientas y la ayuda de muchos voluntarios, consiguió abrir el Museo. Al poco, libreros y profesionales del sector de las artes gráficas se trasladaron aquí convirtiendo este pueblo en el Village du Livre & des Arts.

Perderse en todas las librerías, que son un total de dieciocho, es algo que no se puede evitar. Libros de todos los formatos y géneros, colecciones, mapas y grabados de siglos anteriores, postales antiguas, revistas, fotografías y todo ello integrado en estanterías irregulares de madera, escaleras de caracol que te llevan a otras pequeñas estancias, sótanos, bóvedas, libros y libros por doquier. Son pequeñas y estrechas, pero inmensamente acogedoras.

Para mí, ha sido un viaje a hace unos veinte años (o más....), cuando descubrí en París Shakespeare & Co y fue mi salvación en aquellos meses de verano en la Cité Universitaire. Descubrí, entre muchos otros, “Papá Goriot” de Honoré de Balzac, una edición antigua que aún conservo y que leí en la Place des Vosges tantas tardes.

Y nada mejor en este día dedicado a los libros que llegar al Château y descubrir que Claude fue directora de una mediateque, ¡durante treinta y ocho años!. Nos cuenta la suerte que considera tuvo de poder tener una profesión cultural que está en extinción, o en evolución para ser más optimistas, y cuántas historias hay detrás de las donaciones de libros y grandes bibliotecas privadas. Coincidimos en esa capacidad que tenemos los amantes de la literatura de poder descubrir a los otros a través de su biblioteca. Y me he sentido feliz de compartir con ella esa capacidad.