Comenzamos el viaje con un pequeño bloqueo en el control de pasaportes pues el funcionario de turno no reconoce la foto de pasaporte de mi compañera y decide copiarse todos sus visados. Nos espera en el aeropuerto un coche de la universidad que nos lleva al hotel con mucha prisa, tanta que se nos cruza otro coche kazajo embalado y nuestro conductor decide derrapar, a buen criterio, girando el coche sobre si mismo, pero sin volcar, por suerte.
Nuestro primer día de trabajo empieza con muchos agradecimientos el equipo de la primera universidad que visitamos, todo mujeres, está muy contento con nosotras por haberles ayudado a ganar el proyecto. Trabajamos estupendamente y, cuando estamos en plena productividad, nos llaman para ir a visitar al Rector de la otra universidad. Nos recoge un coche y cruzamos prácticamente toda la ciudad, siempre colapsada. El rector nos recibe y en lugar de hablar del proyecto, nos habla de Talgo, sin parar. Nosotras no entendemos nada, aunque sabemos que los trenes talgo están conquistando Asia central. Nos hacen muchas fotos y nos dicen que saldremos en todos los medios. No sé de qué dirán que hemos hablado, no venimos de Renfe ni de Talgo. Nos miramos y pensamos que a este señor le han dicho que venimos de España y poco más. Es tan surrealista su discurso y la intérprete que nos ponen habla tan mal inglés que hay un momento que entendemos que los profesores se compran coches con el dinero del proyecto en lugar de que se lo ingresamos en sus tarjetas, que tampoco es cierto, pero bueno. Mi compañera se desespera tanto que me pregunta en voz baja y en castellano que qué hacemos allí...Como colofón, nos hace entrega del "pongo" más espectacular que jamás nos han regalado: un águila dorada (símbolo del país) con piedras de Svarovski por alas que se apoya en el "libro de los sueños" y una vez más, como hace todo buen ciudadano de Almaty, nos pregunta si conocemos Medeo, la pista de hielo más alta del mundo.
Tras perder el tiempo, volvemos y seguimos productivas con nuestro equipo femenino de Human Resources. Al acabar, nos llevan a airearnos a un mega centro comercial y cenamos en un restaurante italiano, todo muy típico de Kazajstan.
El segundo día es más surrealista, si cabe. Llegamos a la universidad del señor que cree que somos expertas en ferrocarriles y antes de empezar la reunión nos dicen que van a venir las cámaras de televisión. Nos negamos en rotundo argumentando que hemos venido a trabajar y que, como mucho, fotos. Aceptan pero nos comentan que las fotos nos las hacen ahora y que hagamos ver que trabajamos. Es el colmo...La reunión es una constante aceptación de temas que planteamos, con poca negociación y mucho recelo.
Menos mal que nos vamos al mercado y a escuchar los cantos ortodoxos en la catedral...un poco de tiempo para nosotras.
De regreso al aeropuerto nos hacen entrega de diez kilos de manzanas! Almaty es famosa por sus manzanas que crecen a baja temperatura y enormes. Son muy sabrosas. Facturamos una maleta de 20 kilos solo de regalos.....