miércoles, 6 de agosto de 2014

El huerto de Akmadjon

Al acabar la conferencia, Akmadjon nos sube a su coche y nos lleva  a las afueras de la ciudad. Entramos en una carretera de arena y pasamos por varias casas de campo hasta que llegamos a la que es suya. Nos dice que nos va a enseñar su secreto: su huerto. Lleno de frutales y todo tipo de verduras, dispone hasta de un improvisado invernadero que ha plantado a unos dos metros de profundidad. Nos da a probar el fruto de la morera, que está ahora cayendo por todas las calles de Uzbekistán, el pepino pequeño, que nos lava y nos da a probar, los albaricoques, las cerezas, etc. Un motivo que aparece en todos los dibujos, bordados, cuadros, e incluso cerámica, es la granada, que consumen chafándola poco a poco con los dedos, haciendo un agujerito, y bebiendo como zumo.