lunes, 30 de diciembre de 2013

Bussana Vecchia

El miércoles 23 de febrero de 1887 un violento terremoto sacudió las tierras de San Remo, en la Liguria italiana, dañando gravemente el pueblo de Bussana. Desde la autopista “dei Fiori” como se conoce la costa de la Liguria, se entrevé un pueblo, a lo alto de una colina, que parece en ruinas y abandonado. Y así fue durante casi un siglo, hasta que un grupo de artistas, en los años 70, decidieron repoblarlo e instalar allí, no solo sus viviendas, sino también sus estudios y galerías.

La carretera que sube hasta la colina es estrecha y sinuosa, llegar de noche es complicado. El coche se debe aparcar en la misma carretera y conviene llevar buen calzado y una linterna para entrar en el pueblo de noche. Dos beds and breakfast y tres restaurantes ofrecen servicio de hostelería a los pocos turistas que nos encontramos en invierno. El local más conocido es la Osteria degli Artisti, que se encuentra en el epicentro del pueblo y es el punto del que parten sus pocas calles que, aunque las recorras veces y veces, siempre te aportan detalles nuevos.

Jana, que lleva en Bussana desde los años 70, me cuenta cómo ha reformado su casa, cuando le comento que el interior me recuerda a las casas ibicencas. Bussana depende administrativamente de San Remo pero en realidad los vecinos se encargan de arreglar las calles, los arcos y las plazas. Pienso en lo mucho que debemos agradecer y aprender de las personas que realmente dedican esfuerzos en mantener los lugares en los que los que viven.

Volveré a Bussana, pero más tiempo y en primavera, para poder comprobar el porqué de la costa “dei fiori”.