Una de las muchas lenguas del glaciar Vatnajokull, el más grande de Europa, entra en contacto con el mar formando una laguna de glaciares que cada vez es mayor por el deshielo. Hemos llegado justo a tiempo para coger el barco que navega por entre los glaciares. El trayecto dura 40 minutos y recuerdo que Gloria me insistió en que era una experiencia única y qué razón tenía! En la laguna viven focas que solo han asomado la cabeza para saludarnos. Hemos conocido a una niño italo-español que estaba emocionadísimo porque había visto una familia entera. El trayecto cuesta 3000kr y después se puede tomar una picantísima sopa de pescado en el bar de la laguna.
martes, 24 de agosto de 2010
El volcán del año Eyjafjallajokull y las Vestmann
El impronunciable Eyjafjalla (Reykjavik está llena de camisetas que dicen “it’s no so difficult to pronounce”, ha dejado la zona a su alrededor llena de ceniza pero los campos verdes de los agricultores islandeses han podido con ello y han conseguido que el paisaje sea una mezcla de verde y negro increíble. Nuestra granja, en la que hemos dormido, estaba justo a los pies del volcancito, pura casualidad porque yo la reservé en enero!!! Hemos intentado ir a Porsmork pero el río atravesaba la carretera y he convencido a Andrea y Alex de no cargarnos el mini Suzuki en el segundo día de viaje. Así que hemos ido hacia el mar, para ver de cerca las Islas Vestmann (donde se desarrolla la historia del libro que he leído estos días). Son grandes, volcánicas y se ve una población bastante grande situada entre dos volcanes. Hay unas avionetas que te llevan en un trayecto que dura 10 minutos, pero hacia mucho viento y no nos hemos atrevido!!! Me apunto volver a Islandia para ir a las Vestman donde dicen que aún hay una zona de casas inundadas por la lava del volcán que entró en erupción en 1973.
El Círculo Dorado
Desde Reykjavik salimos hacia un lugar mítico en la historia de Islandia: Thinkvellir. Se escribe “p”inkvellir pero se pronuncia “th”. Está a 50 km de la capital y hasta el siglo XIX era el lugar donde se reunían los jefes de los clanes y poblaciones que gobernaban el país. Lo más impresionante, a parte del paisaje que se ofrece desde la roca en la que se reunían, es la falla que separa las placas tectónicas de Eurasia y Norteamérica. No solo se ve en este punto, sino que al salir del parque dirección Geysir, la falla acompaña la carretera y se pueden hacer fotos espléndidas.
El segundo lugar que compone el círculo dorado es el Gran Geysir (Stóri Geysir), un gran chorro de agua que puede alcanzar los 20m de altura y que la provoca el contacto de agua en ebullición de un acuífero subterráneo al contactar con la superfície fría. Estando nosotros lanzaba el chorro de agua cada 5 minutos pero obviamente es muy variable.
El tercer y último elemento del círculo, Y MÁS IMPRESIONANTE SIN DUDA ALGUNA, es Gulfoss. Se trata de una inmensa catarata (2,5 km de ancho y 37 metros de altura). La ruta te acerca a una de los saltos. Es increíble!
El segundo lugar que compone el círculo dorado es el Gran Geysir (Stóri Geysir), un gran chorro de agua que puede alcanzar los 20m de altura y que la provoca el contacto de agua en ebullición de un acuífero subterráneo al contactar con la superfície fría. Estando nosotros lanzaba el chorro de agua cada 5 minutos pero obviamente es muy variable.
El tercer y último elemento del círculo, Y MÁS IMPRESIONANTE SIN DUDA ALGUNA, es Gulfoss. Se trata de una inmensa catarata (2,5 km de ancho y 37 metros de altura). La ruta te acerca a una de los saltos. Es increíble!
Grindavik y Krusavik
Tras el baño en la laguna azul decidimos continuar hacia el sur para conocer Grindavik y atravesar, más tarde, los campos geotérmicos de Krisuvik. Grindavik es conocida por el museo del pescado en salazón; la foto en blanco y negro de un marinero con un bacalao gigantesco aparece en todas las guías y postales de Islandia. De Grindavik decidimos dar una vuelta mayor para poder atravesar las lagunas ardientes de Krisuvik. El paisaje hasta los campos es un primer enorme e infinito desierto de lava. De camino paramos en Krisuvikuberg, iglesia del 1857, que según nuestra guía había sido restaurada hace un par de años y al llegar a la cima de la pequeña colina encontramos un rectángulo en el suelo (la base de la Iglesia) y restos de material quemado. Vaya impresión!
Llegamos a los impresionantes campos geotérmicos. Son charcos con agua sulfurosa que hierve y provoca una mezcla de colores y olores extraña. De vuelta a Reykjavik hemos encontrado unos campos de secado de pescado que impresionan entre tanta tierra desolada.
Llegamos a los impresionantes campos geotérmicos. Son charcos con agua sulfurosa que hierve y provoca una mezcla de colores y olores extraña. De vuelta a Reykjavik hemos encontrado unos campos de secado de pescado que impresionan entre tanta tierra desolada.
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