lunes, 4 de agosto de 2014

Samarkanda/Samarqand

Cruce de ciencia y conocimiento en dos períodos emblemáticos: siglos IX y X antes de la llegada de Gengis Khan (pronunciado Chingis Jan) y siglo XV, con Ulugbek y su vida dedicada a la ciencia. Del primer periodo queda poco, los restos arqueológicos de Afrosiab, ciudad de los Sogdianos que ocuparon esta zona y que practicaban el Zoroastrismo. El segundo período que comienza con Amir Timur y su conquista de gran parte de Eurasia, llena la ciudad de grandes mezquitas en honor a sus hazañas y que su nieto llenará de Madrasas dedicadas al estudio del Islam y disciplinas científicas como la matemática, la astronomía y la filosofía. Impresionante la mezquita que Bibí Khanum, primera esposa de Amir Timur, le regala para cuando regrese de una sus conquistas. Junto a esta mezquita, el gran bazar de Samarkanda lleno de especias, frutas y frutos secos, souvenirs, entre muchas otras cosas de primera necesidad para los habitantes. Samarkanda es famosa por sus manzanas, pequeñísimas, sus limones color naranja y sus panes, redondos y altos.
El Registan es el indiscutible monumento de la ciudad con gran mezquita central y sus dos madrasas una frente a la otra. Reconstruido en el siglo XX, es el epicentro de la vida social de la ciudad en el que los uzbekos pasean y vienen a pasar las calurosas noches de verano, en familia. Grandes conferencias científicas vuelven a organizarse en el Registán como en el siglo XV, ahora lideradas por la Universidad de Samarcanda.
Amir Timur mandó traer el cuerpo de San Daniel de Irán a Samarcanda y puede verse su mausoleo cerca de otro resto arquitectónico de la ciudad: el Observatorio y el Sextante construido por Ulugbek para sus estudios de astronomía.  Otro importante mausoleo es en el que descansan los restos de Amir Timur, sus hijos, sus nietos (entre ellos Ulugbek) y sus maestros. De hecho, las tumbas de los maestros son las más grandes y una de ellas está coronada por una cola de caballo, símbolo islámico.

Al salir del mausoleo, a mano derecha, se encuentra la antigua Samarkanda, con sus calles estrechas y sin asfaltar y sus casas con patios. Se ha conservado muy poco de esta zona antigua pero un breve paseo es imprescindible.