Parece mentira que en el siglo XXI aún queden pueblos que apuesten por los libros, los de toda la vida, en soporte físico, tapas duras o blandas, de grande o pequeño formato. Y ese lugar es Montolieu, en la provincia de Aude, “país cátaro” bajo la vigilancia de la inmensa ciudadela de Carcasonne.
En los años noventa, un encuadernador de libros de Carcassone, Michel Braibant, propuso crear un espacio que protegiera la profesión y todo lo relacionado con la imprenta y los libros físicos que tanto peligro están afrontando en la era digital. Gracias a su colección personal de herramientas y la ayuda de muchos voluntarios, consiguió abrir el Museo. Al poco, libreros y profesionales del sector de las artes gráficas se trasladaron aquí convirtiendo este pueblo en el Village du Livre & des Arts.
Perderse en todas las librerías, que son un total de dieciocho, es algo que no se puede evitar. Libros de todos los formatos y géneros, colecciones, mapas y grabados de siglos anteriores, postales antiguas, revistas, fotografías y todo ello integrado en estanterías irregulares de madera, escaleras de caracol que te llevan a otras pequeñas estancias, sótanos, bóvedas, libros y libros por doquier. Son pequeñas y estrechas, pero inmensamente acogedoras.
Para mí, ha sido un viaje a hace unos veinte años (o más....), cuando descubrí en París Shakespeare & Co y fue mi salvación en aquellos meses de verano en la Cité Universitaire. Descubrí, entre muchos otros, “Papá Goriot” de Honoré de Balzac, una edición antigua que aún conservo y que leí en la Place des Vosges tantas tardes.
Y nada mejor en este día dedicado a los libros que llegar al Château y descubrir que Claude fue directora de una mediateque, ¡durante treinta y ocho años!. Nos cuenta la suerte que considera tuvo de poder tener una profesión cultural que está en extinción, o en evolución para ser más optimistas, y cuántas historias hay detrás de las donaciones de libros y grandes bibliotecas privadas. Coincidimos en esa capacidad que tenemos los amantes de la literatura de poder descubrir a los otros a través de su biblioteca. Y me he sentido feliz de compartir con ella esa capacidad.