Cruce de ciencia y conocimiento
en dos períodos emblemáticos: siglos IX y X antes de la llegada de Gengis Khan
(pronunciado Chingis Jan) y siglo XV, con Ulugbek y su vida dedicada a la
ciencia. Del primer periodo queda poco, los restos arqueológicos de Afrosiab,
ciudad de los Sogdianos que ocuparon esta zona y que practicaban el
Zoroastrismo. El segundo período que comienza con Amir Timur y su conquista de
gran parte de Eurasia, llena la ciudad de grandes mezquitas en honor a sus
hazañas y que su nieto llenará de Madrasas dedicadas al estudio del Islam y
disciplinas científicas como la matemática, la astronomía y la filosofía. Impresionante
la mezquita que Bibí Khanum, primera esposa de Amir Timur, le regala para
cuando regrese de una sus conquistas. Junto a esta mezquita, el gran bazar de
Samarkanda lleno de especias, frutas y frutos secos, souvenirs, entre muchas
otras cosas de primera necesidad para los habitantes. Samarkanda es famosa por
sus manzanas, pequeñísimas, sus limones color naranja y sus panes, redondos y
altos.
El Registan es el indiscutible
monumento de la ciudad con gran mezquita central y sus dos madrasas una frente
a la otra. Reconstruido en el siglo XX, es el epicentro de la vida social de la
ciudad en el que los uzbekos pasean y vienen a pasar las calurosas noches de
verano, en familia. Grandes conferencias científicas vuelven a organizarse en
el Registán como en el siglo XV, ahora lideradas por la Universidad de
Samarcanda.
Amir Timur mandó traer el cuerpo
de San Daniel de Irán a Samarcanda y puede verse su mausoleo cerca de otro
resto arquitectónico de la ciudad: el Observatorio y el Sextante construido por
Ulugbek para sus estudios de astronomía.
Otro importante mausoleo es en el que descansan los restos de Amir
Timur, sus hijos, sus nietos (entre ellos Ulugbek) y sus maestros. De hecho,
las tumbas de los maestros son las más grandes y una de ellas está coronada por
una cola de caballo, símbolo islámico.
Al salir del mausoleo, a mano
derecha, se encuentra la antigua Samarkanda, con sus calles estrechas y sin
asfaltar y sus casas con patios. Se ha conservado muy poco de esta zona antigua
pero un breve paseo es imprescindible.
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