El avión se aproxima a Bruselas y tengo la suerte de
verlo desde la cabina del avión. Hoy, casualidad, pilota Iñigo y me enseña su
oficina, la micro cabina de un Vueling, llena de botones y pantallas. La mejor
vista del mundo: el horizonte sobre las nubes...
Tras veinte minutos en tren del aeropuerto a la Gare Centrale, salimos a la Place d'Espagne y a tan solo unos pasos llegamos a la Grand Place; 360 grados de historia, parte de ella compartida entre Flandes y España. Es el epicentro de los antiguos gremios (panaderos, camiseros, etc), que convivieron durante siglos con los palacios reales y el de los duques de Brabant que habitan la plaza y que ahora albergan las chocolaterias más internacionales, como Godiva y Neuhaus.
Con la ruta ya fija hacia "Le roi d'Espagne" o "Maison des boulangeres", hacemos una pequeña parada en la tienda de Tintin, mítico viajero belga y su inseparable Milou. Llegamos al conocido bar y tenemos la suerte de que nos sienten con vistas a la plaza, frente al palacio de los duques y junto a la casa en la que se refugió Victor Hugo durante su exilio.
Tras veinte minutos en tren del aeropuerto a la Gare Centrale, salimos a la Place d'Espagne y a tan solo unos pasos llegamos a la Grand Place; 360 grados de historia, parte de ella compartida entre Flandes y España. Es el epicentro de los antiguos gremios (panaderos, camiseros, etc), que convivieron durante siglos con los palacios reales y el de los duques de Brabant que habitan la plaza y que ahora albergan las chocolaterias más internacionales, como Godiva y Neuhaus.
Con la ruta ya fija hacia "Le roi d'Espagne" o "Maison des boulangeres", hacemos una pequeña parada en la tienda de Tintin, mítico viajero belga y su inseparable Milou. Llegamos al conocido bar y tenemos la suerte de que nos sienten con vistas a la plaza, frente al palacio de los duques y junto a la casa en la que se refugió Victor Hugo durante su exilio.
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