La ciudad otomana de Estambul siempre fue, ha sido y será un enclave estratégico por ser punto de conexión entre el continente europeo y asiático. Estos dos continentes están separados por un bellísimo estrecho que separa el mar Negro del mar Mediterráneo: el Bósforo.
El Bósforo es una de las principales atracciones de Estambul. Ya sea como medio de transporte usado por locales para cruzar de un continente a otro así como para miles de turistas que en grandes cruceros o tours organizados recorren estas aguas.
Uno de los tours organizados más recomendados es aquel que saliendo del "cuerno de oro" (lado europeo) llamado así por su orografía con forma de cuerno, llega hasta el mar Negro realizando una parada en el pequeño pueblo pesquero de Anadolu Kavagi.
Durante las 4 horas que dura esta excursión un guía local nos lleva tiempo atrás para explicaros leyendas y historias que han transcurrido en esta gran ciudad, de al menos 11 millones de habitantes, que ha sido objeto de deseo de las grandes potencias europeas durante muchos siglos (y sigue siéndolo...).
Desde el mar se ven, desde otra perspectiva, mezquitas, palacios, puentes, barrios, fortalezas y otro sinfín de edificios únicos acompañados de una bonita luz solar y unos simpáticos delfines que amenizan una bonita tarde en esta maravillosa ciudad.
Por Alex Oistrach ;-)
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