De nuevo volvemos a hacer parada en este pequeño refugio donde las piedras aún hablan, donde las flores aún son salvajes, donde la música aún la crea la naturaleza, donde las gallinas aún son libres, donde aún no hay parkings ni luz en las calles.
Nos alojamos de nuevo en el Bed&Breakfast de Stefano, una
mezcla de Ibiza, Cabo de Gata y Besalú, pero aún mejor, al
natural, sin intoxicación turística. Las habitaciones están forradas por un encalado blanco que
recuerdas a las cuevas de Granada, con muebles rústicos y sencillos. con terraza o patio o vistas, todas ellas
tienen algo que les da un aire peculiar.
El restaurante de Stefano, Apriti Sesamo, ofrece cocina con
productos naturales, también vegetarianos y
veganos. Nocilla de carruba, mermeladas hechas por él, panes de cereales, pescado de la costa tirrena. Hemos cenado
una Frittura di pesce estupenda con una ensalada de los más colorida!
En Bussana todo es natural, el empedrado de las calles, la luz de
la luna, el calor o el frío de sus paredes.
Un refugio decimonónico que espero la
civilización del siglo XXI no
corrompa.
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