El paisaje entre el Cabo de Gata, de dónde
venimos, y Jumilla, a dónde vamos, coincide en la árida tierra abrazada por
montañas escarpadas. La vid, denominación de origen desde hace un lustro,
introduce el carmín del fruto y un manto verde que cubre extensiones y convive
con olivos.
Nos desviamos de la carretera nacional y
llegamos a La Alquería, término árabe que indicaba una pequeña comunidad rural
que se situaba cerca de una ciudad (medina), típico de las provincias de
Granada, Valencia y Murcia, donde nos esperan Carmen, Emilia, Sabine y Martina.
Tras un enorme portón, almendras a secar en la izquierda y una magnífica casa
con estructura de venta que integra varias casas y una extensa zona de
cultivo. Mantiene su historia a través
de objetos antiguos, puertas y ventanas de madera añeja y fotos que hablan de
tradiciones y recuerdos. Carmen y Emilia están en los cientos de libros y
cuadros que hay por doquier, y los visitantes de la casa en las improntas de
dejan en platos que se cuelgan en el gran recibidor. Definir como acogedora esa
casa, es poco.
Durante nuestra estancia probamos el
gazpacho manchego, con pan ázimo y setas, el pisto jumillano con queso fresco,
el queso de vino y el queso de romero, las maravillosas costillas con miel (se
ponen las costillas de cerdo con sal, aceite y pimienta, y se unta miel encima,
se decora con salvia, y se hornea a180 grados durante 1 hora, acompañado de
papas al horno abiertas por la mitad con un ajito y cortadas por encima en
forma de rombo) y, el último día, la paella de pescado de Pascual, cuya altura
no sobrepasa el centímetro. Nos dice que para 6 personas no pone más de medio
kilo de arroz. Pascual es un alquimista; destila plantas como el tomillo,
romero y lavanda para hacer jabones y perfumes. Tiene una tienda de vinos y
productos de la zona de los cuales te puede explicar todos sus detalles,
historia, situación en el contexto de la crisis, como las almendras cuyo precio
fija California y que se están vendiendo a 3€ el kilo este año. "El turrón
será muy caro estas navidades" nos comenta.
Nos marchamos de La Alquería con reservas
del huerto para al menos un mes y agradecidos a Carmen y Emilia por habernos
mostrado este magnífico lugar en el mundo!!